Coordinado por Pilar Iglesias Nicolás

Coordinado por Pilar Iglesias Nicolás
psicoanalista coordinadora de grupos

sábado, 18 de febrero de 2012

sábado, 31 de enero de 2009

martes, 13 de enero de 2009

EL PODER DE LA PALABRA TALLERES DE POESÍA AUPA

La historia de un pueblo la escriben los poetas El PODER DE LA PALABRA El fenómeno del lenguaje es una de las manifestaciones más curiosas creadas por el hombre. Esa emisión de sonidos articulados o inarticulados que establecen el puente levadizo de nuestra comunicabilidad, tiene un poder que escapa a toda vigilancia. Sin duda, el uso de la palabra ha prestado al megalómano que es el hombre, incalculables servicios. Pero constituye un instrumento cuyo verdadero alcance nunca nadie ha podido averiguar. Para descubrir el significado de las palabras se recurre habitualmente a los diccionarios. En éstos las vemos figurar como en un museo entomológico, igual que mariposas muertas atravesadas por alfileres y rigurosamente clasificadas por géneros, especies. Se lee algo sobre su significado, pero como en el caso de las mariposas, el clasificador nada nos puede decir de la misteriosa vida que han llevado, recorriendo el mundo y la historia de boca en boca, naciendo de nuevo cada vez que eran pronunciadas. Porque cada hombre pone un poco de sí mismo en cada palabra que utiliza, de modo que en ellas circula la sangre de todos los hombres y en ellas queda el recuerdo del temblor de todos los labios que las pronunciaron, y la carga afectiva de miles de millones de seres que las emitieron cuando en sus cuerpos ardía el amor o el odio, el horror, el miedo, la desesperación, el coraje o la indiferencia. Ellas transportaron secretamente esa esencia inexpresable que impulsa a los hombres: la esperanza, y cada palabra contiene apagado el grito de la soledad de los más altos: el desprecio. De toda esa carga afectiva, de todos esos infinitos significados, nada dice el diccionario. El tiene que ver con las palabras muertas y disecadas. En éstas ya no queda la huella de los dientes que las mordieron antes de pronunciarlas. Hablar de la palabra al servicio del hombre es enunciar la más cruda paradoja. Lo habitual es que el hombre esté al servicio de la palabra. Y aquí adquiere su verdadero significado la expresión: «Primero fue el Verbo». Donde la palabra se muestra como señora absoluta, dueña total del hombre, es en el campo de las ideas. ¿De dónde vienen las ideas? Un extraño poder que se origina en el menos controlable de los mecanismos espirituales del hombre, la razón, logra en determinadas circunstancias, unir una serie de palabras en una estructura sólida. Desde ese momento, la palabra que entra a formar parte de una idea pierde toda autonomía y todo significado. La idea adquiere en cambio una vida propia e indivisible. El hombre mismo que la crea pierde desde el instante en que la lanza al mundo, todo poder sobre ella. La idea para él tiene un sentido, pero ella conquista, al liberarse de su creador, una vida personal, un nuevo sentido imprevisible. Se lanza entonces en una aventura cuyas consecuencias son asombrosas: una idea de libertad se convierte así en mecanismo de opresión, una idea de amor, en mecanismo de odio y de destrucción. Las palabras agrupadas en ideas circulan libremente; pasan de un hombre a otro como parásitos, y habitan en el interior de cada uno absorbiendo toda su vida espiritual para transformara en nada, porque la idea sale de cada hombre menos personal que nunca, más informe, menos definida, pero dotada de un poder corrosivo cada vez mayor. Pasan así de un hombre a otro in que ninguno de ellos participe en su vida invisible. Los ¿arome como el más venenoso de los microbios y entonces los abandona para saltar a otros. En ocasiones se difunde con la rapidez de una epidemia e invade en masa a los individuos Estos, en lugar de sentirse enfermos, aparecen verdaderamente poseídos, embargados por una exaltación y entusiasmo sin límites. Hasta hablan de poseer ideas. En verdad, nunca los hombres poseen a las ideas, son las ideas las que poseen a los hombres. Ellas son los grandes verdugos invisibles. Solapados verdugos que se presentan para dar un sentido a la vida y en cambio la destruyen. Y el destruido vive con exaltación su propio martirio, y cuando por acaso es abandonado por la idea, se siente hueco, como muerto, pues ella ha devorado todo lo que de viviente había en su interior. En el vacío que separa a los hombres unos de otros la palabra ejerce la doble acción de puente y de muralla. Cuando dos miradas se encuentran y parecen descubrir bruscamente el sentido de una afinidad humana, de una verdadera comunión, llega oportunamente la palabra para destruir toda ilusión, para afirmar el derecho a la soledad inalienable del hombre. Donde aparece más clara la reclusión del hombre en su soledad merced al uso de la palabra, es en los distintos lenguajes convencionales. No trato de discutir la enorme utilidad práctica de las convenciones. Nos permiten ponernos de acuerdo para satisfacer una serie de necesidades básicas. Creo en la importancia de la subsistencia. Pero no me inclino a aceptar que subsistir y vivir son equivalentes. Existen innumerables lenguajes convencionales y en cada uno de ellos la palabra más corriente se despoja de sentido para convertirse en un signo de determinada cosa, signo que permite el acuerdo entre dos o más personas. Así, sobre las bases de estos diversos lenguajes convencionales, se desarrolla la posibilidad de vivir en grupos activos, estabilizar y propagar el conocimiento, organizar la sociedad y la familia en sólidas estructuras, etc. La filosofía, la religión, las diversas ciencias, la política, el comercio, las relaciones internacionales, todas poseen su sistema particular de convenciones, sistema absolutamente incomprensible para el hombre común. Los distintos grupos humanos se entienden también mediante un lenguaje particular para cada caso; así hay un lenguaje de las reuniones de alta sociedad, otro para la pequeña burguesía, otro para los ladrones, otro para los relojeros. Los médicos utilizan un lenguaje distinto del de los abogados o del de los traficantes de blancas. Los pescadores emplean uno absolutamente incomprensible para los matemáticos y viceversa. Nadie puede discutir la enorme utilidad de todos estos lenguajes: ellos permiten subsistir a los médicos y a los pescadores, justifican la organización racional de la justicia sobre la base de la comprensión de los ladrones entre sí, y permiten la existencia del amor mercenario, base de la organización de la familia. Pero en todos estos lenguajes convencionales nadie pone absolutamente nada personal: el lenguaje resulta exterior al hombre. Lo vital queda definitivamente excluido. Las palabras son como cáscaras sin contenido, con un signo dibujado en el exterior que las hace reconocibles por los iniciados. Lo realmente vital del lenguaje se encuentra fundamentalmente en tres situaciones: en el lenguaje popular, en el lenguaje del amor y en la poesía. En el lenguaje popular, el hombre del pueblo, rechazado por todas las convenciones, vive en lo que dice directamente sus sufrimientos o sus alegrías; el lenguaje es para él un modo inmediato de volcarse íntegramente, pues no encuentra sentido sino en la gran comunión con los otros. Es el ente anónimo, el ser que participa con su insignificante aporte en el gran sufrimiento y la alegría universales. Y cuanto más bajo es el hombre del pueblo más intenso y vital resulta su lenguaje. En cuanto al amor (me refiero a aquellos para quienes al amor se sacrifica todo, capaces del suicidio o el crimen, del renunciamiento a todos los bienes o de la conquista de todas las riquezas), es el mecanismo por el cual los seres enredados en la maraña de un lenguaje convencional pueden conquistar su lenguaje vital, salir de la cárcel de su soledad. Así pueden salvarse el político y el matemático, el juez y el ladrón. Pero es a la poesía a la que corresponde el lugar de privilegio en un verdadero lenguaje de comunicación humana. La poesía incorpora la esencia vital del lenguaje popular y del lenguaje de los amantes, pero les agrega una exaltación de todos los contenidos posibles de la palabra. El poeta descubre en la palabra la vibración imperceptible que han dejado todos aquellos que han volcado en ella su sufrimiento o su pasión desde que por primera vez fue lanzada hasta que atravesando la historia y las generaciones la encuentra en su interior. Y a esa infinita suma de destinos humanos el poeta le agrega su propio destino que los resume todos. El poeta logra hacer revivir las palabras agotadas por el uso y en ellas descubre un reto de vida reanimándolo, haciéndolo resplandecer nuevamente. Recoge las frases hechas, los lugares comunes, fragmentos muertos del lenguaje, y mediante un proceso particular de fricción conocido sólo por el poeta, desarrolla en ellos una incandescencia sorprendente, les da una jerarquía insospechada.

jueves, 11 de diciembre de 2008

JUAN GELMAN Y TUÑÓN COINCIDEN EN AUPA

La historia de un pueblo la escriben los poetas El día 23 de Abril de 2008, fecha donde se celebraba también el día del libro el poeta Juan Gelman recibe el máximo galardón de las letras españolas en reconocimiento a su obra, en una ceremonia presidida por los Reyes, con la intervención del ministro de Cultura, César Antonio Molina, y a la que está previsto que asista el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Casi, casi... Se puede decir que Gelman en Madrid y estas bravas mujeres, poetas, profesionales en sus profesiones, Pilar Iglesias, M. Soledad Argüelles, Carmen Ausín, Mercedes Millán y Otras amigas que se sumaron al acto unas como voluntariado, otras como ayudante o colaborador, se encontraban en una rueda de prensa, organizada por ellas con el título: QUIÉN ESCRIBE LA HISTORIA EL POETA Y EL PERIODISTA: en el marco de la 34ª FERIA internacional DEL LIBRO DE BUENOS Aires, en las ... Jornadas para los profesionales, del libro. En España, Madrid, los Reyes de España entregaban el gran Premio, Cervantes a Juan Gelman. No sólo parecía una coincidencia horaria, o de otros elementos. O las .... A la misma hora, ellas en Buenos Aires, El primero J. Gelman recibiendo el premio Cervantes y ellas En el marco de la 34ª FERIA internacional DEL LIBRO DE BUENOS AIRES, hablaban de lo mismo... Sin embargo había grandes diferencias... Ahora bien mientras el primero ya lo decimos su discurso era (...) para estas poetas y editoras, de otros poetas como es el haber editado de su bolsillo, de sus horas llamadas de ocio dos libros más, en este caso LA MUERTE EN MADRID y POETA EN LA GUERRA Cronista para la paz, de Raúl González TuÑon. Diríamos padre, en el sentido de primero, del primero, y maestro en el sentido de que Gelman sería segundo de éste que las chicas llevan como materia y contenido y si hay cercanía o similitudes en las frases pronunciadas que tan bien parafrasea Gelman* como Teoría de la Poesía si se pudiese decir; Éstas como enunciación, a ellas les trabajan como fundamento. Uno de los actos vía de difusión y presentación de un libro de Raúl González Tuñón: Discurso del poeta J- Gelman recibiendo uno de sus importantes premios “La poesía habla al ser humano no como ser hecho, sino por hacer, le descubre espacios interiores que ignoraba tener y que por eso no tenía. Va a la realidad y la devuelve otra. Espera el milagro, pero sobre todo busca la materia que lo hace. Nombra lo que la esperaba oculto en el fondo de los tiempos y es memoria de lo no sucedido todavía. Sólo en lo desconocido canta la poesía. Ella acepta el espesor de la tragedia humana, pero no obedece al principio de realidad sino al orden del deseo. Choca contra los límites de la lengua y va más allá en el intento de responder al llamado de un amor que no cesa. Es un movimiento hacia el Otro, pasa de su misterio al misterio de todos y les ofrece rostros que duran la eternidad de un resplandor. Corrige la fealdad, es ajena al cálculo y da cobijo en sus tiendas de fuego. Se instala en la lengua como cuerpo y no la deja dormir. La lengua es la patria de muchas patrias, la infancia, el hogar, una manera de ver el mundo, de hablar con él, y es una dicha grande para mí haber nacido en castellano. “Claro y límpido raudal es la lengua que yo adoro, la lengua de versos de oro y de vibración marcial. Es dúctil como el metal y rica como el tesoro que dejó Boabdil el Moro allá en su Alhambra oriental. “Bien quisiera haber escrito yo estos versos del poeta argentino Leopoldo Díaz Vélez. El castellano es una lengua en estado germinal. Los indígenas de Guatemala, o de Chiapas, para bregar contra un racismo ominoso, abandonaron su encierro de cinco siglos en el maya, el quiché, el tzotzil, frágil defensa contra el conquistador de ayer y el de hoy, y su irrupción en el castellano “blanco” trae expresiones y giros sintácticos que ensanchan su latitud. Nuestra lengua crece y crece. La palabra es moneda que corre de mano en mano, decía Mallarmé, y cada mano le agrega su calor, construye sus errancias. Paul Valéry afirmó que un poema no se termina, se abandona, y de esto se hizo eco Octavio Paz. Creo lo contrario: el poema abandona al poeta en el desierto de su deseo no saciado. La escritura del poema exige la abolición del mundo. El poeta se metamorfosea entonces y, como Odiseo, entra al poema disfrazado de mendigo. En realidad, mendiga el nombre de lo que no tiene nombre todavía, el “aquello” de San Juan. La palabra es el timón del universo, advirtió Filón. Y hay tanto mundo que la palabra no navega todavía. Por eso es frágil la condición de los poetas, no encuentran sostén en su obra, todo poema se convierte en pasado una vez escrito y sólo deja una sed de lo que va a venir. Pero, como dijo don Alonso, “día vendrá donde veas por vista de ojos cuán honroso es andar en este ejercicio”. Premiar el mester de poesía, esa Cenicienta de la literatura que apenas ocupa rinconcitos en los catálogos de las grandes editoriales, es un acto casi heroico. Va a contramano de estos tiempos y a favor de la historia. La poesía viene del fondo de los siglos y ninguna catástrofe natural o de mano de hombre ha podido cortar su hilo poderoso. Es un hilo que nos une a todos y sólo se acabará cuando se acabe el mundo.”

jueves, 4 de diciembre de 2008

La historia de un pueblo la escriben los poetas

jueves, 2 de octubre de 2008

TALLER DE POESÍA AUPA coordinadora Pilar Iglesias Nicolás

Pilar Iglesias Nicolás coordinadora del Taller de Poesía de la Asociación Unión de Profesionales, Artistas y Otros por los Niños del Mundo
EL VERDADERO VIAJE Un poema didáctico. Un poema para decir de aquello a lo que están parece ser, condenados; los POETAS LOS CIENTÍFICOS del poeta, de la poesía, de la función poética, del objeto de conocimiento... de sus procederes... Un poema; EL VERDADERO VIAJE. Un poema que nos posiciona ante la ética. Ética que se produce en el mismo campo de las ciencias y que la Teoría del Inconsciente viene a reformular y plantear una ética de este siglo. Autor: El poeta y psicoanalista Miguel O. Menassa EL VERDADERO VIAJE ¡Cuidado! ¡Cuidado! estamos a punto de naufragar. Os habéis creído que en trasatlántico poderoso navegábamos y sin embargo os digo: mi vida es una pequeña balsa enamorada.ll
aquí ponemos el enlace al poema completo dadas las dificultades para maquetar este blog